(POLÍTICA YA). – Poco después de que los mercados financieros mundiales se desplomaran de nuevo este jueves ante las preocupaciones sobre el coronavirus, la Casa Blanca anunció que una experta en SIDA asistirá al vicepresidente Mike Pence en los esfuerzos para evitar la propagación de la epidemia en Estados Unidos.
Debbie Birx reportará a Pence, quien el miércoles fue designado por el presidente Donald Trump al frente del esfuerzo del gobierno para contener en el país la expasión de la enfermedad.
Birx se desempeña como embajadora del gobierno de EE.UU. para la Diplomacia Global de Salud y coordinadora de las actividades de la administración de Trump para combatir el VIH/SIDA.
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Es que el gobierno trata de infundir seguridad ya que el mortal coronavirus podría presentar una amenaza política para el presidente en un año electoral, y la epidemia podría causar el derrumbe del éxito económico que él mismo se adjudica.
A pesar de sus declaraciones del miércoles, en las que trató de asegurar que la situación está bajo control en EE.UU. mientras la epidemia se extiende por el mundo, el nerviosismo en Wall Street aumentó aún más después de que se informó sobre un caso de coronavirus de origen desconocido en el norte de California.
La falta de confianza en la política del gobierno contra el mal, y esta última señal de la rápida propagación del virus provocó otro derrumbe del importante índice financiero S&P 500 en su sexto día consecutivo de pérdidas, y el promedio industrial Dow Jones, que la administración de TRUMP presenta regularmente como un barómetro instantáneo para su desempeño y el estado de ánimo de la nación, cayó unos 1,200 puntos o cerca del 4.4%.
El compuesto Nasdaq cayó alrededor de 4.6%. Todos los índices se han derrumbado en más del 10% desde los máximos históricos que alcanzaron este mes.
Pero el colapso de la confianza de los inversores se extendió mucho más allá de las acciones en la bolsa. El petróleo crudo bajó en más del 4%, ya que los inversores sopesan la posibilidad de una creciente parálisis económica relacionada con las medidas para detener el brote epidémico.
DESDE CHINA
Debido a que la economía de EE.UU. está muy vinculada a la de China, el estancamiento de la actividad productiva en el país asiático a causa del virus, podría obstaculizar al mismo tiempo el crecimiento de la estadounidense.
El gasto flexible de los consumidores es lo único que mantuvo a EE.UU. fuera de la recesión durante el apogeo de la guerra comercial de Trump con China en 2019. Aunque la manufactura se derrumbó y se redujo el gasto comercial, los estadounidenses siguieron comprando.
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Pero ahora el espectro de una enfermedad contagiosa podría tener un impacto desproporcionado en la actividad económica porque las personas sanas evitan viajar, comprar e incluso ir a trabajar.
El rápido desplome de los mercados sacudió a los funcionarios de la Casa Blanca, y aliados y asesores de Trump están cada vez más preocupados de que una respuesta fallida al coronavirus afecte a la economía.
“El esfuerzo de reelección de Trump está muy relacionado con la fortaleza del mercado de valores y la economía”, dijo Stephen Moore, un asesor económico informal del equipo de Trump, al sitio web Politico. “Cualquier cosa que nos saque de ese camino favorable al crecimiento es una preocupación, pero creo que la opinión de los funcionarios de la Casa Blanca es que esto será contenido”.
“Una vez que el virus esté contenido, el mercado se recuperará“, agregó.