(POLÍTICA YA). – Los demócratas de la Cámara de Representantes se concentrarán este jueves en detallar el abuso de poder que supuestamente cometió Donald Trump en su trato con Ucrania, en el segundo día de argumentos en el Senado del juicio del “impeachment” en contra del presidente.
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Al centro del caso de los demócratas está la acusación de que Trump retuvo cientos de millones de ayuda militar y una reunión de la Casa Blanca para presionar al presidente ucraniano Volodymyr Zelenski a que anunciara una investigación a su rival político Joe Biden.
Se espera que la sesión de este jueves resulte tan larga e intensa como la del miércoles que se prolongó por ocho horas mientras los representantes demócratas llamados “administradores” y que sirven como fiscales, plantearon su caso contra Trump ante el Senado.
Mientras los legisladores demócratas plantean sus argumentos ininterrumpidamente, los 100 senadores luchan por encontrar comodidad bajo una serie de estrictas reglas que limitan su movimiento y solo les son permitidas dos bebidas: agua y leche.
La leche es permitida porque está consagrada en el “Procedimiento del Senado de Riddick: precedentes y prácticas”, donde especifica que “las reglas del Senado no prohíben que un senador tome leche durante su discurso”.
Senadores republicanos como Ted Cruz de Texas, Richard Burr de Carolina del Norte y Tom Cotton de Arkansas han sido vistos tomando un vaso de productos lácteos mientras escuchaban las exposiciones de los demócratas.
INQUIETOS REPUBLICANOS
Es que las estrictas reglas parecen afectar principalmente a los senadores republicanos, que pronto empezaron a ignorar las normas.
Se supone que los senadores deben permanecer en sus escritorios durante toda la sesión, pero al menos 23 se trasladaron a sus respectivos vestidores durante la segunda hora de las declaraciones del principal administrador de la Cámara Adam Schiff.
Otros senadores, incluidos los republicanos Thom Tillis de Carolina del Norte, Mike Braun de Indiana y Rick Scott de Florida, se pararon entre la última fila de escritorios y la pared, tal vez para estirar las piernas o tal vez como una forma de mantenerse despiertos.
Algunos de sus colegas, como el republicano de Tennessee Lamar Alexander, lucharon por mantener los ojos abiertos durante partes del discurso de Schiff.