(POLÍTICA YA). – La escalada de las tensiones en el Medio Oriente tras el ataque aéreo que ordenó el presidente Donald Trump en Bagdad para poder asesinar a un alto general de Irán ha acaparado la atención pública que hasta hace unos días solo hablaba de su “impeachment”.
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El gobierno insiste en que Qasem Soleimani, quien dirigía la poderosa Fuerza Quds del Cuerpo de Guardias Revolucionarios Islámicos, “estaba desarrollando activamente planes para atacar a diplomáticos y miembros del servicio estadounidenses en Irak y en toda la región”.
Trump tomó la medida, que ha sido llamada como un “acto de guerra” por expertos en la región, en momentos en que trata de inyectar energía a su campaña para la reelección en las elecciones de noviembre.
El asesinato de Soleimani se produjo al tiempo en que el índice de aprobación de Trump permanece en apenas un 42% y que él enfrenta el juicio político para su destitución en un año electoral.
UNA VISIÓN CÍNICA
Curiosamente, durante la presidencia de Barack Obama, Trump expresó una visión mucho más cínica de la posibilidad de un conflicto armado con Irán durante el período previo a las elecciones presidenciales.
Tanto en 2011, como en 2012 y 2013, el magnate predijo repetidamente que Obama lanzaría una guerra con Irán con el fin de lograr apoyo político para su reelección.
“Para ser elegido, BarackObama comenzará una guerra con Irán”, tuiteó Trump en noviembre de 2011.
Su teoría la expresó en un video que grabó en la Torre Trump en 2011.
En 2012, Trump volvió a tuitear sobre el tema: “No permitan que Obama juegue la carta de Irán para comenzar una guerra para ser elegido, ¡tengan cuidado republicanos!”
“Ahora que los números de las encuestas de Obama están en picada, estén atentos a que él lanzará un ataque en Libia o Irán. Él está desesperado”, escribió en otro tuit.
Trump insistió en su teoría aun después de que Obama ganara la reelección: “¡Predigo que el presidente Obama atacará en algún momento a Irán para salvar la cara!”
La ironía es que Obama nunca lanzó una guerra contra Irán. Durante su segundo mandato, el expresidente buscó un acercamiento con Teherán y negoció con éxito el acuerdo nuclear que detuvo el programa nuclear iraní a cambio de alivio de sanciones.
Pero Trump, en sus tres años en la Casa Blanca, encendió de nuevo las tensiones con Irán, desechó el acuerdo nuclear en 2018, introdujo nuevas sanciones punitivas, y ahora es él quien ha desplegado una peligrosa ofensiva contra Teherán a meses de unas elecciones presidenciales.