A través de una intensa carta acusando al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, la Catedral Nacional de Washington cuestionó a todos los estadounidenses que han permanecido en silencio ante el abierto racismo del mandatario.

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El pasado martes 30 de junio la catedral Episcopal lanzó una carta abierta bajo el nombre “¿Acaso no tenemos decencia? Una respuesta al presidente Trump”, la cual fue también firmada por el líder de más alto rango de la iglesia.
La carta fue redactada por prominentes figuras religiosas, como la reverenda Mariann Edgar Budde, obispa de la diócesis episcopal de Washington; el reverendo Randolph Marshall Hollerith y el reverendo Canon Kelly Brown Douglas, decano y teólogo del canon de la Catedral Nacional de Washington, respectivamente.
“Esta semana el presidente Trump cruzó otro umbral”, escriben los reverendos sobre los ataques del mandatario hacia la ciudad de Baltimore y su representante en el congreso, el demócrata Elijah Cummings.

“No sólo insultó al líder en la lucha por justicia racial e igualdad para todas las personas, no sólo pintó como salvajes a las naciones de las cuales vienen los inmigrantes que acuden a este país; sino que ahora condenó a los residentes de toda una ciudad americana. ¿A dónde irá a partir de aquí?”, dice la carta.
En días anteriores Trump atacó a Cummings a través de Twitter, refiriéndose a su distrito de Baltimore como “un desastre infestado de ratas y roedores” y “un lugar peligroso e inmundo”. Esto luego de que el representante criticó las políticas del presidente.

Esta no es la primera vez que el presidente usa viejas retóricas racistas para referirse a comunidades mayormente negras como lugares sucios y antihigiénicos. A inicios de julio Trump también atacó a 4 mujeres congresistas de color: Ayanna Pressley, Ilhan Omar, Alexandría Ocasio-Cortez y Rashida Tlaib; exigiéndoles que “regresaran” a los lugares “corruptos” de donde vienen. A pesar de que las 4 mujeres son estadounidenses y 3 de ellas nacieron en EE.UU.

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En su carta, los líderes religiosos advirtieron que este discurso le da poder a los supremacistas blancos y eventualmente podría conducir a la violencia. “La palabras importan. Y las palabras del señor Trump son peligrosas”, escribieron en el mensaje.

Sin embargo, a pesar de la crítica al presidente, la carta va dirigida a los ciudadanos y quienes retaron a ponerle fin a su silencio con respecto al obvio racismo de Trump. Pues es su creencia de que permanecer callados es “condonar la violencia de estas palabras”.
Los líderes de la iglesia cuestionan hasta qué punto el silencio se convierte en complicidad y motivaron a las personas a tomar responsabilidad. “¿Qué tiene que pasar para que todos digamos, con una voz, que hemos tenido suficiente? La pregunta tiene menos que ver con el sentido de decencia del presidente y más con el nuestro”.

La Catedral Nacional de Washington raramente se mete en asuntos políticos, pero en el pasado ha mencionado su inconformidad con respecto a la administración de Trump. Por ejemplo, cuando anunció que prohibiría que las personas transgénero se enlisten en el ejército, la catedral anunció rápidamente que ellos siempre le darán la bienvenida a esta comunidad.
De la misma forma la organización religiosa criticó la política de separación familiar hacia migrantes en la frontera entre México con EE.UU., luego de que el entonces fiscal general Jeff Sessions citó a la Biblia para justificar las acciones del gobierno.

En ese momento las autoridades de la iglesia condenaron a la administración de Trump. “Sí, puede que sea legal separar esos niños de sus padres. Pero eso no quiere decir que sea moral, y ciertamente no refleja el amor y cuidado de Dios hacia los niños, especialmente los más necesitados”.
Sin embargo en esta ocasión, más que criticar las claramente incorrectas declaraciones de Trump, la catedral le pide a su congregación que tomen acción y levanten la voz ante esta situación que pone en tela de juicio la moralidad del gobierno estadounidense.
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