Boeing, el discurso de odio y el ejemplo de Nueva Zelanda

Boeing, el discurso de odio y el ejemplo de Nueva Zelanda

Los legisladores de EE.UU. deberían tomar nota de la forma en que el gobierno nuevozelandés respondió a la masacre.

(POLÍTICA YA). – Los miembros del Congreso de Estados Unidos deberían de estudiar la reacción que ha dado el gobierno de Nueva Zelanda a la masacre en dos mezquitas en la ciudad de Christchurch, que causó la muerte a 50 personas.

Ese es el mensaje de Edwin Pitti en el editorial de esta semana, que además destaca las terribles consecuencia del aumento de crímenes de odio en todo el mundo.

RESPUESTA A LA TRAGEDIA

Solo una gran tragedia.

Peter Adones/Anadolu Agency/Getty Images

Eso fue lo que le tomó al gobierno de Nueva Zelanda para declararle la guerra a las armas de fuego, tras el tiroteo en dos mezquitas que dejó 50 muertos.

La primer ministra Jacinda Ardern prometió reformar las leyes de armas del país en 10 días.

Los legisladores de Estados Unidos deberían tomar nota sobre la forma en que Nueva Zelanda ha reaccionado a la masacre.

Seguro que allá no opera una organización como la que tenemos aquí, la Asociación Nacional del Rifle, que distribuye fondos en el Congreso para influir en los legisladores.

TERRORISMO INTERNACIONAL

Lamentablemente, cuando aún nos reponemos del horror de la masacre en Nueva Zelanda, ocurre otro ataque en la ciudad holandesa de Utrecht.

Estos tiroteos son prueba de que ningún país está a salvo.

Además, demuestran la forma en que el discurso de odio que se ha propagado por el mundo, se está materializando con injustificables actos de violencia en contra de inocentes.

OTRAS AMENAZAS

Pero también hay otras amenazas: no de las armas, sino de las grandes corporaciones.

Por ejemplo, el caso de los aviones Boeing 737, que fueron aprobados con aparentes problemas en su software, que pudieron haber causado cientos de muertes.

El accidente del Boeing 737 de Ethiopian Airlines de la semana pasada es muy similar al de Lion Air en Indonesia. En los dos aviones habían 346 personas abordo. Todas fallecieron.

Boeing, un orgullo nacional, es además la empresa con más peso en el mercado de valores.

Pero eso no le debe dar cartas abiertas para poner en el aire aviones que ponen en peligro las vidas de sus pasajeros.

 

 

 

 

 

Opinión, Nueva Zelanda