En un intento por acelerar los juicios de alrededor de 13 mil niños migrantes, que permanecen bajo custodia federal en centros de detención, se están realizando las audiencias por video, bajo órdenes del gobierno de Donald Trump y críticas de jueces y abogados.
De acuerdo con AP, al menos 30 menores han comparecido en videoconferencias con jueces en Phoenix, Arizona, y en Harlingen, Texas, según información de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), que tiene a cargo a los adolescentes.
Audiencias similares se han llevado a cabo en cortes de inmigración de Miami y Nueva York, y se prevén otras en Los Ángeles, Filadelfia, El Paso, Seattle, Tucson y San Francisco, según detalla AP.
La oficina dice que se trata de un programa piloto que tiene como objetivo ahorrar dinero, ya que el alojamiento de cada niño cuesta más de 775 dólares por noche, y permitir que comparezcan más rápido con un juez.
Sin embargo, abogados e incluso jueces acusan que el sistema esta llenó de problemas técnicos, como fallas de audio, en la conexión o imágenes peleadas, lo que no permite un proceso justo para los jóvenes y niños.
La vocera de ORR, Lydia Holt, dice que los refugios están repletos, principalmente de niños que llegaron a Estados Unidos sin la compañía de un adulto y que tienen familiares esperándolos. Pero pueden pasar meses detenidos en espera de una audiencia para saber si les permiten quedarse o si serán deportados.
Para los abogados de inmigración no se trata de un proceso más rápido y no hay manera en que sea favorecedor para los menores.
La jueza Ashley Tabaddor, quien es presidente de la Asociación Nacional de Jueces de Inmigración, asegura que es muy difícil trabajar con el equipo, mismo que debe instalar el personal los empleados de los refugios.
Tabaddor supervisó recientemente una audiencia en video en su tribunal en Los Ángeles y dice que tomó media hora realizar un procedimiento que se realiza en cinco minutos de manera presencial.
“Nada puede reemplazar la audiencia en persona”, dijo Tabaddor a AP.
Por su parte, algunos abogados han detallado que es complicado logísticamente, ya que es difícil tener un representante en la corte y otro en el refugio, y que en ocasiones no es posible entregar ante la corte documentos importantes al momento.
Lo peor podría ser que se pierde el contacto humano. Los niños inmigrantes tienen que hablar sobre abusos que han sufrido y miedos, algo que no se puede transmitir por medio de una pantalla, restando credibilidad.