“Vamos a salir de aquí vivas o muertas” dicen madres en centro de detención

“Vamos a salir de aquí vivas o muertas” dicen madres en centro de detención

Las 22 “Madres Berks” mantienen su huelga de hambre como protesta por su prolongada detención junto a sus familias en un centro de Pensilvania

(ENTRAVISION).- “Estamos desesperadas, y hemos decidido que vamos a salir de aquí vivas o muertas”.

Así explicaron su desesperada determinación en una carta al secretario de Seguridad Nacional las 22 madres que desde hace más de una semana se mantienen en huelga de hambre en un centro de detención de inmigrantes en Pensilvania.

Las Madres Berks”, como se les llama, iniciaron su ayuna el pasado 8 de agosto para protestar por su prolongada detención junto a sus familias en el Centro Residencial del Condado de Berks.

“Dejamos nuestros hogares en Centroamérica para escapar de la corrupción, las amenazas y la violencia. Pensamos que este país nos ayudaría, pero ahora estamos encerradas con nuestros hijos en un lugar donde nos sentimos amenazadas, incluso por algunos miembros del personal médico, que nos deja sin nadie en quien confiar”, indica la misiva enviada a Jeh Johnson.

Las 22 madres están a la espera de que se inicie su proceso de deportación y solicitan ser puestas en libertad para esperar sus audiencias migratorias con familiares o amigos, no en cautividad.

MÁS ALLÁ

Todas señalaron que han estado encerradas en el centro de detención más allá de los “20 días o menos” que, según dijo Johnson la semana pasada, es la norma. De hecho, algunas de las madres han estado detenidas con sus hijos durante más de 300 días.

“Somos 22 madres que han sido encarcelados en el Centro Residencial del Condado de Berks, en Leesport, Pa., Por 270 a 365 días. Tenemos familiares y amigos que se encargarían de nosotros y que nos esperan con los brazos abiertos, pero el Departamento de Seguridad Nacional ha negado nuestra liberación.

“En muchas ocasiones, nuestros hijos nos preguntan si tenemos el valor para escaparnos”, añade la carta. “Se agarran las cuerdas que sujetan sus tarjetas de identificación y las aprietan alrededor de sus cuellos, diciendo que quieren morir si no salen de aquí.

“Los niños más pequeños, que tienen solo dos años de edad, lloran durante la noche porque no pueden expresar lo que sienten. Desde hace algún tiempo, nuestros niños no han comido bien, y han perdido peso”.

El Centro de Detención de Berks perdió su licencia del estado de Pensilvania en febrero pasado, pero se le ha permitido seguir operando durante el proceso de apelación.

Las denuncias de violaciones graves de los derechos humanos en el recinto incluyen la inadecuada atención médica e incluso la violación de una detenida por un guardia.